Sobre la Revolución Rusa existen infinidad de lecturas recomendables, que nos sitúan perfectamente en el contexto histórico; sin embargo, hoy quiero recomendar una obra reciente de Literatura que no desmerece para aproximar al tema de una forma amena y en parámetros históricos aceptables:
El Testigo Invisible de Carmen Posadas, Planeta, 2013. Es una novela, pero de forma entretenida la autora nos lleva de la mano a la Rusia de los Zares, a los años previos a las revoluciones del año diecisiete y al asesinato de la familia más poderosa de las Rusias (como se decía entonces). Al texto no le faltan los mejores ingredientes para engancharnos, pues los Romanov son ganchos de primer orden, con la familia al pleno conviviendo en los rudimentos de la vida doméstica: Nicolás, Alejandra, Olga, Tatiana, María y Nicolai. Posadas nos introduce ni más ni menos que en las entrañas de su vida cotidiana a través de un artificio de primer orden, como es un testigo invisible caracterizado como deshollinador de palacio (en las entrañas de las estuvas imperiales), que todo lo ve y todo lo oye. Nadie mejor que él para retrotraernos (desde su ancianidad, en vista retrospectiva) hacia ese mundo tradicionalista de los zares que se derrumbaba al tenor de la Revolución. Aquí tenemos intriga garantizada, tensión constante y una historia de amor. Aparte de un contexto histórico, con buenas referencias, que nos ayuda a seguir a
pies juntillas los avatares de la Historia de ese país. Nadie espará a las garras acechantes que provoca el tema de Rasputín (Gregori Efimovich), ese mago-brujo dominador de la zarina; a la apasionante vida de las zarinas (en el Reino de OTMA) o la delicada existencia del zarevich (el heredero). Seguro..., seguro, que os apasionará. La literatura tiene sus leyes y fundamentos, pero para la comprensión de la historia es un recurso valioso. Sabiendo que es Literatura.
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