La dimisión de Ángel Aguirre no ha
calmado los ánimos en México. La inminente dimisión del gobernador de Guerrero por la
desaparición de 43 estudiantes de magisterio en Iguala no ha calmado los ánimos
de México. Después de 30 años, esta desaparición se ha llevado por delante a
una figura que parecía inamovible, a el camaleón que tocó todas las teclas del
poder de uno de los mayores nidos de corrupción mexicanos. Ángel Aguirre ha presentado su renuncia tras un mes de
resistencia durante el que no hubo una sola voz que no reclamase su dimisión; aunque Aguirre haya dimitido los mexicanos no están conformes: por un lado
porque su partido tardó en reaccionar y está por ver si su salida agiliza las
investigaciones; por otro lado porque ya se ha cumplido un mes del asesinato de
seis personas y la desaparición de los estudiantes sin ningún rastro. Aguirre ha presentado su dimisión después de que se lo
pidiese la dirección general de su partido, el PRD. Mientras, en Iguala los policías comunitarios siguen
encontrando fosas. Ya han encontrado nueve fosas en las que había restos
humanos, lapiceros, zapatos y mochilas. La desconfianza de la ciudadanía hacia las fuerzas de
seguridad aumenta por otros lugares. En la ciudad de Guanajato cientos de
estudiantes hicieron una marcha pidiendo justicia y ya no solo por el caso
Iguala sino también por la muerte de un estudiante de ingeniería de 23 años. El
parte oficial dice que el joven murió al caer de una altura de tres metros de
altura cuando trataba de robar una vivienda; en cambio, sus compañeros aseguran
que los agentes municipales lo detuvieron mientras bebía en la calle, algo que
está prohibido en México; pero cuando ellos fueron a pagar la multa del
fallecido él ya no estaba en comisaría. Los mexicanos exigen justicia. Luna Alcalde Llergo 1ºBachillerato A
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