Aidan Robinson es un niño de Rhode Island, que nació con un brazo izquierdo que acababa en el codo: una anomalía que le diagnosticaron a su madre en el quinto mes de embarazo. Sus padres tuvieron que educarlo en el uso de prótesis más rudimentarias, que hicieron imposible que fuese un niño completamente normal, lo que dice ser hoy. Antes de cumplir nueve años Aidan ya había sido capaz de idear un aparato que hacía posible acoplar diferentes objetos en el extremo, con una mano hecha a base de piezas de Lego. Coby Unger fue un diseñador voluntario de California que se decidió a formar un equipo con Robinson para terminar de darle forma a su concepto inicial. Unger creó un modelo a partir del prototipo de Aidan, que ya ha despertado el interés de varios fabricantes dispuestos a producirlo a gran escala. Aidan pone y quita piezas Lego a su prótesis en función de la tarea que quiera realizar. Este invento ha hecho posible que pueda tocar el violín o jugar a la wii. Ahora, gracias a la creación de Unger y Robinson, los nacimientos con algún tipo de defecto en los brazos y las personas que resultan mutiladas tras sufrir accidentes podrán tener acceso a una tecnología mucho más sofisticada y a una vida más fácil.
Marta Gómez Carrillo, 1º BACH A
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