En Ucrania se ha generado una guerra separatista por las elecciones parlamentaristas. En un absurdo conflicto alimentado por Moscú con armas, propaganda, rublos, han muerto más de 3.000 personas. Xavier Colás nos cuenta que habló con decenas de milicianos acurrucados entre ruinas y sacos de arena, que estaban esperando a un enemigo nazi que creían que había tomado el poder en Kiev. La victoria de los partidos pro-europeos en las elecciones ucranianas ha dejado desnuda la impostura rusa. La invasión de Crimea y la intervención armada en el este del país no fue para parar al fascismo, sino para frenar la deriva europea de un pueblo hermano que no debía decidir por él. Vladimir Putin, el presidente, soñaba con una amplia unión que englobase a viejas repúblicas de la URRS. Finalmente el plan del Kremlin terminó por hacerse añicos. Putin empezó a preocuparse por la democracia, después del plan fallido. La coartada de que había una junta nazi en Kiev se ha desmoronado, aunque Moscú alegó que reconocerá las elecciones que van a hacer los rebeldes. Basta con empuñar un arma y ponerse en el camino del gobierno, para que te digan que eres un nazi. Javier Cano. 1º. Bachillerato A
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