domingo, 17 de enero de 2016

Los conflictos entre chiítas y sunitas sacuden Medio Oriente

Un nuevo conflicto sacude a Medio Oriente desde hace unos días, especialmente a Arabia Saudi e Irán. La tensión entre estos países ha crecido desde la ejecución del clérigo chií Nimr Baqir al Nimrb en Arabia Saudí, territoria especialmente dominado por los sunitas. Después de este suceso del día 2, como represalia la comunidad chií de Irán asaltan la embajada de Arabia Saudí instalada en Teherán, incendiándola y rompiendo muebles la madrugada del 3 de Enero. Tras este desastre Riad decide romper relaciones diplomáticas con Teherán pero ni esto ni los 40 sospechosos detenidos por el asalto han conseguido parar el conflicto. Alrededor de 400 manifestantes volvieron a concentrarse en las inmediaciones de la embajada saudí deseando la muerte a Al Saud, la casa real donde se alberga la dinastía sunita de Arabia Saudí. A partir de ahora la calle en la que se encuentra la delegación saudí en Teherán llevará el nombre del jefe martir Nimr al Nimr con el intento de satisfacer a los manifestantes. A pesar de la indignación chií el presidente de Irán Hasan Rohani reprobó el incidente y pidió capturar a los individuos extremistas, ya que según a comunicado este hecho no es justificable de ningún modo. Sin embargo el máximo líder religioso del país, el ayátola Ali Jamenei, criticó a Arabia Saudí durante dos días consecutivos por la ejecución de Al Nmr y sentenció que los políticos del reino sunií se enfrentarán a un castigo divino. La Guardia Revolucionaria, la organización militar más fuerte de Irán, también apoya una dura venganza que intentarán llevar a cabo ya que a este clérigo se le consideraba defensor de la marginada minoría chií en el reino saudí, aunque por parte de Riad se trataba de solo un terrorista. Por ello en un cruce de acusaciones el Ministro de exteriores Saudí afirmó que al condenar Irán la ejecución este país apoya al terrorismo. Las protestas han continuado estos días en todo el territorio islámico. Centenares de simpatizantes del clérigo chií se han concentrado en Al Qaift, su localidad natal mientras que en Bahreín los practicantes de esta minoría religiosa chocaron con la policía al igual que en Manama. La ejecución del clérigo chií complica más la relación entre Arabia Saudí e Irak y sus líderes chiítas y esto quedó demostrado cuando el día 2 la embajada saudí en Bagdad intentó ser cerrada por el primer ministro iraquí Haidar Al Abadi. Así también miles de miembros chiís se manifestaron en la ciudad de Kerbala y en Líbano el líder de Hizbulá fustigó ayer a Arabia Saudí por la ejecución. Hasan Nasrala,  actual secretario general de este grupo libanés, atribuye grandes cualidades a al Nimr y reconoce que la ejecución por parte de la familia de los Saud es un grave crimen.
La creciente tensión entre estos dos tradicionales rivales con corrientes opuestas (sunismo y chiísmo) amenaza con un grave conflicto sectario, étnico y regional con grandes consecuencias.


Leticia Herzog Simancas 1º Bach A

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