La semana pasa, en Sajonia, una ciudad de Alemania, se incendió un antiguo hospital que iba a ser utilizado como albergue para refugiados. Se sospecha que el incendio fue intencionado, ya que en la puerta había muchas personas celebrando el incendio, y otros intentaban entorpecer el trabajo de los bomberos. Este grupo de personas no dejaban de hacer comentarios racistas y no ocultaban su alegría. En este grupo se encontraban niños y alcohólicos. Estas personas, si se les puede calificar así, llamaban a los refugiados `Kanaken´, término alemán utilizado contra los extranjeros. El jueves pasado hubo otro suceso en Clausnitz, donde centenas de personas impedían el paso de un autobús a un albergue con refugiados. Los policías en vez de calmar a los refugiados, los trataban mal. En un vídeo que estuvo minutos en la red, se muestra a un policía cogiendo a un niño del cuello y obligando a una mujer bajar del autobús con la muchedumbre. El presidente regional de Sajonia, ministros y demás cargos políticos ven estos actos de xenofobia como repulsivos y aberrantes. Marina Ramírez Maestre, 1º. Bachillerato, B
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