Rosario es ahora conocida por ser la ciudad de la banda de Los Monos, el mayor grupo de narcotraficantes del lugar. Se encuentra ubicada en el centro-este de Argentina, en la provincia de Santa Fe. El soldadito es un muchacho menor de 16 años encargado de vender la droga en una especia de garita llamada búnker. La puerta es tan pequeña que a veces tiene que entrar agachado. Un adulto lo encierra desde fuera para que el niño, la droga y el dinero estén seguros. El aire entra a través de un agujero del tamaño de un ladrillo, por el que el soldadito pasa la cocaína y recoge el dinero. Al cabo de unas ocho horas, el chico es relevado por otro compañero. Ganan 400 pesos por día (36€) y el derecho de llevar armas. En Rosario hay cientos de búnkeres y soldaditos. Uno de los búnkeres más famosos se encuentra en el barrio Refinería, frente a las Torres Dolfinas, los dos rascacielos más altos de la ciudad. Ha sido grabada una conversación en la que se pedía información sobre Salchicha, el juez que investiga a Los Monos. También estudiaban la opción de matar al juez y al fiscal. En enero, una niña de cinco años murió mientras jugaba en la calle a causa de un tiroteo, además un alumno fue asesinado por enfrentarse a los soldaditos y esta semana han enterrado a una joven de 15 años. Godoy, pastor evangélico, dice que solo había visto un fusil ruso en las películas y cuenta lo que ocurre: las mafias llegan en un coche, se bajan con el fusil ruso al hombro, recogen las ganancias que hizo el búnker la noche pasada y se marchan, todo esto sin esconderse de nadie. La policía no hace nada y todos se matan por trabajar en la Brigada de Drogas Peligrosas para ganar mucho dinero sin trabajar nada. Juan Monteverde, miembro de la formación izquierdista Giros, reconoce que el problema es complejo y no tiene una única solución. Rosario es la ciudad del Che, de Tata Martino, Bielsa, Di María y Messi. Si paseas por los boulevares del centro o por la orilla del río Paraná, llena de terrazas y gente haciendo deporte, se respira buen ambiente. Por lo que cuesta creer que hace dos años murieron 183 personas, el año pasado hubo 264 asesinatos y que la tasa de homicidio es de 22 muertos por cada 100.000 habitantes. Es la tasa más alta de Argentina, cuatro veces mayor que la media del país. Hay varias explicaciones de por qué ocurre en este lugar. Una de ellas es porque es una ciudad archipiélago, otra razón es porque confluyen carreteras con conexiones internacionales a Bolivia y Paraguay, porque tiene varios puertos privados indispensables para exportar la droga al exterior y por último debido a movimientos sociales que colaboran en un documento llamado La Ciudad del Boom y del Bang. En él se explica cómo la producción de soja generó grandes capitales. El dinero se invirtió en terrenos y edificios dando lugar a una burbuja inmobiliaria. Esto también atrajo dinero ilegal apto para lavarlo en las viviendas construidas. La buena noticia es que en Argentina, el narcotráfico solo parece ser incipiente, aún no ha llegado, por ejemplo, el secuestro exprés. La mala es que se sigue usando como arma arrojadiza electoral y no se toma ninguna política por parte de ningún partido. María Martín, 1º. Bachillerato B.
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