El 8 de enero de 2014 Lidia recibió un mensaje de su suegra donde le aseguraba que el padre del pequeño había muerto durante un combate en Alepo. Pocas semanas después la foto del cadáver del pintor bosnio, en una página web yihadista, confirmó la versión de la abuela del niño.
Desde entonces nadie sabe nada del pequeño. Las autoridades italianas están analizando las imágenes publicadas en una web de propaganda yihadista, pero es la prueba de que el pequeño está vivo y solo, en medio de una guerra que se ha llevado la vida de más de 200.000 víctimas -según la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Creen que el pequeño podría encontrarse en la ciudad siria de Raqqa a cargo de dos mujeres de origen bosnio que el padre se había confiado por si le pasaba algo que se hicieran cargo de el pequeño; aunque otras hipótesis apuntan que podría estar escondido cerca de la frontera con Turquía.
Cuesta imaginar que el niño de las fotos vestido como un pequeño soldado, con pantalones de camuflaje y una pistola de juguete colgada del cuello, sea el mismo que sonreía hasta hace poco más de un año, en los pies de los Alpes. Belén Rojas 1º Bach A
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