Estados Unidos da por cerrada la crisis del espionaje. No obstante, en Europa ha comparecido el secretario de Estado (John Kerry) ante el Congreso de responsables del espionaje. Esta comparecencia no ha servido de mucho, ya que no es un tema que ponga en peligro el mandato del presidente Obama, y tampoco tiene una excesiva presión del Congreso. A Obama le preocupan más otros temas como la reforma sanitaria y la consecución de un acuerdo presupuestario. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA) afirma que puede llegar a alcanzar las actividades de casi todos los líderes mundiales. Los europeos se sienten furiosos con la actitud norteamericana y no están convencidos de las declaraciones estadounidenses. La Casa Blanca podría proponer alguna ley, pero no produciría cambios significativos en la actual, pues cualquier cambio enfrentaría al presidente con unos servicios secretos cuyos jefes han advertido que una reducción en el espionaje podría poner en peligro la seguridad nacional. El presidente americano no conocía supuestamente la información relevante de Ángela Merkel. Como es sabido, el espionaje entre países aliados se basa en la supremacía económica y tecnológica, pero esto choca con el sueño de una sociedad abierta y colaboradora. Internet ha sido muy útil para comunicarnos, siendo a la vez es un arma de doble filo para incrementar la vigilancia. Los embajadores norteamericanos se excusan por las cancillerías diciendo que necesitan hacerlo y ellos no son los únicos que realizan el espionaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario