La corte
Criminal de París arrancó ayer con el primer juicio abierto contra Pascal
Simbikangwa, de 54 años, antiguo militar y ex agente de Inteligencia del poder ruandés;
responsable de complicidad en el genocidio. Entre Abril y
Julio se precipitó en Kigali (apital de Ruanda, una ex colonia Belga) un
baño de sangre y de machetes, una tragedia que dejó cerca de 800.000 muertes en
apenas 100 días, la mayoría tutsis y hutus. Se le acusa
de haber armado, proporcionado consejos y dado instrucciones a los autores de
los masivos crímenes. El acusado
niega toda responsabilidad y sus abogados pidieron la nulidad del proceso por
considerar que lo quieren convertir en un “chivo expiatorio”. El proceso durará
seis semanas y se enfrenta a cadena perpetua por complicidad de genocidio y
crímenes contra la Humanidad. El acusado
comparece ante tres jueces y seis jurados franceses, porque París se negó a
extraditarlo a Kigali, tras detenerlo en 2008 en Mayotte, una provincia Gala
del Océano Índico. Cinco ONGs se personan como parte civil, y el abogado de
Oficio, subraya que es muy costoso hacer llegar a los testigos desde Ruanda. La
fiscalía admite que no conoce los nombres de las victimas directas del
imputado, “cuando hay cientos de víctimas, la víctima individual desaparece. El perfil del
acusado: inteligente, mentiroso, impulsivo y traumatizado por el accidente, que
lo dejó parapléjico en 1986. Ha sido calificado como “un reputado torturador” y
como “una pieza de la fenomenal maquinaria asesina que se desplegó en Ruanda”. Los
principales responsables de ese genocidio habían sido juzgados con anterioridad
por El Tribunal Penal Internacional de Ruanda. Francia
adquirió en 1996 “La Competencia Universal” que permite a sus jurisdicciones
nacionales juzgar a los sospechosos detenidos en su territorio. El Presidente
tutsi Paul Kagame ha acusado a París de ser cómplices de las matanzas y de
conceder exilio a los autores del genocidio. París acusó a
Kagame y otros mandatarios de estar detrás del atentado mortal contra el avión
del Presidente Habyamirana que desencadenó el genocidio. Las sesiones
serán filmadas y podrán ser consultadas – una vez dictada sentencia – por
historiadores, investigadores y juristas. Otros veintisiete
casos vinculados al genocidio de tutsis se hallan a la espera de que los
magistrados galos les asignen fecha. MARÍA
LUISA BALLESTEROS DÍAZ, 1º. Bachillerato B
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