La canciller alemana Ángela Merkel utiliza como medio para todo tipo de gestiones su teléfono móvil. Parece ser que los servicios secretos de Estados Unidos podrían haber estado interceptando y escuchando el teléfono de la alemana durante varios años; conclusión a la que se ha llegado gracias a investigaciones a raíz de informes periodísticos sobre el espionaje estadounidense. La presidenta Merkel, enfurecida, llamó ayer al presidente de los Estados Unidos Barack Obama, exponiéndole dicha información. Eso sí, esta reacción fue consultada con antelación por la canciller a su jefe de cancillería y a dos parlamentarios, uno cristianodemócrata y otro socialdemócrata. Si se consiguieran pruebas de que tales prácticas son ciertas, sería una actividad totalmente inaceptable que sería desaprobada y tendría consecuencias. El presidente Obama, tras conocer la noticia, ordenó al Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos comprobar esta información, y tras investigar a fondo, un alto cargo del consejo garantizó que los servicios de Inteligencia norteamericanos nunca han estado escuchando ni grabando ese teléfono. El mismo Obama llamó personalmente a la canciller alemana para desmentir dicho espionaje. La tensión diplomática entre Alemania y Estados Unidos aumentó el pasado mes de julio a causa del escándalo sobre el espionaje informático por parte de la agencia norteamericana NSA. El Ministerio de Exteriores alemán convocó urgentemente al embajador de Estados Unidos en Berlín por las supuestas escuchas en sedes comunitarias europeas y alemanas. La NSA, supuestamente, interceptó en Alemania unas 20 millones de llamadas telefónicas y 13 millones de e-mails a diario. Aunque entre Merkel y Obama no ha habido nunca una muy buena relación, desde el mes de julio se encuentran especialmente tensas y han influido negativamente en la relación bilateral considerada la más fría entre ambos países desde la II Guerra Mundial lo que no es un buen augurio. La última información que recibió Ángela Merkel fue durante sus negociaciones oficiales para formar una gran coalición con el Partido Socialdemócrata, y podría haber obstaculizado gravemente dichas negociaciones. El Gobierno germano considera que las sospechas de espionaje son plausibles. María Rojas Pavón, 1º. Bachillerato A
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