El asalto del pasado 21 de septiembre al centro comercial Westgate de Nairobi, por parte del grupo islamista somalí Al Shabab, conmovió al mundo. El grupo terrorista asumió públicamente el hecho de ser los atacantes por medio de la red social Twitter. Un grupo de hombres, del cual aún no se ha conseguido averiguar el número exacto, lanzó granadas y disparó en el interior del centro comercial ocupado de personas. Los atacantes mantuvieron a numerosos rehenes durante un período de cuatro días, y gracias a las fuerzas especiales israelíes y británicas fueron liberados. Esta catástrofe dejó más de sesenta civiles muertos y al menos seis miembros de las fuerzas de seguridad. Aunque eso no fue todo, pues también quedaron heridas ciento setenta y cinco personas y traumatizado al país y al mundo entero. La policía ha emitido comunicados públicos incitando a los ciudadanos a denunciar cualquier actividad o conducta sospechosa, lo que ha dado lugar a denuncias infundadas a causa del miedo. No obstante, los ciudadanos piensan que los terroristas están entre ellos y que podrían ser sus propios vecinos. Tras numerosas investigaciones, las grabaciones del centro comercial han permitido identificar a cuatro de los asaltantes que fueron abatidos durante los combates. El cabecilla era Al Sudani; otro atacante era Nabhan, keniano de origen árabe que se trasladó a Somalia. Al Kene era de Somalia, y de Umayr no hay datos relevantes. Aunque no hay información sobre el resto de atacantes, Kimaiyo, inspector general de la policía, apuntó que podrían haber sido sólo seis atacantes y no diez o quince como creía el Gobierno. También aseguró que Samantha Lewthwaite (la viuda blanca) no estaba entre los atacantes, pues que no había mujeres. Uno de los portavoces de Al Shabab, Musab, declaró que fuerzas extranjeras atracaron la aldea de Barawe para matar a uno de sus líderes de origen checheno. Musab atribuye este ataque a fuerzas especiales británicas y turcas que han negado dicha operación. Un oficial de alto rango atribuyó el ataque a fuerzas especiales francesas que habrían herido a un líder del grupo checheno y a su guardaespaldas extranjero también. Otro oficial acusó a los comandos norteamericanos. Todos coinciden en que el objetivo era un cabecilla extranjero. A principios de año el grupo terrorista secuestró a un miembro de las fuerzas especiales francesas y, pese a sus asaltos fallidos, Al Shabab ejecutó al rehén. El periódico británico “The Times” aseguró que un hombre de nacionalidad también británica, Madhi Mashi (uno de los líderes del grupo), fue detenido cuando intentaba volar a Yemen para discutir sobre futuros ataques. También se le acusa de preparar armas químicas para Al Qaeda lo que pone al mundo en alerta ante la posibilidad de que las utilice contra objetivos occidentales. María Rojas Pavón, 1º. Bachillerato-A.
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