Inés del Río es una terrorista que está presa desde el 2 de junio de 1987 por realizar varios asesinatos, o por ser ella quien elige los objetivos. Asesinó, con ayuda de más etarras, al comandante del Ejército Ricardo Sáenz de Ynestrillas Martínez y a otros dos militares, disparándoles más de cincuenta proyectiles contra el vehículo, y frente a la casa de Sáenz se le atribuye el asesinato de Fausto Escrigas en la puerta de su domicilio; asimismo fue la cabeza pensante del atentado contra un autobús y un microbús con un coche bomba donde viajaban alumnos de la agrupación de Tráfico del instituto armado, de los cuales doce fallecieron y cincuenta y ocho fueron heridos. El 25 de abril de 1986 el comando Madrid asesinó a cinco guardias civiles que trabajaban de escolta en la Embajada de Italia. La terrorista se trasladó a Francia en el otoño de ese mismo año, movimiento que favoreció su huída. Posteriormente se refugió en Argelia tras la muerte del dirigente etarra Domingo Iturbe, y al regresar a España fue capturada y condenada a tres mil ochocientos veintiocho años de cárcel: condena que (a tenor del Código Penal, que sólo le asignaba un tiempo máximo de 30 años, y por los beneficios penitenciales) ha sido reducida hasta tal punto de excarcelarla el 27 de julio de 2017. Las familias de las víctimas no están de acuerdo con la liberación de la terrorista. Manuela Lancharro es una mujer de cuarenta y cuatro años que hace veintisiete perdió a su hermano Antonio en el atentado elegido por Inés del Río. La máxima preocupación de Manuela y de sus familiares es que se ponga en libertad a la terrorista. La hermana de la víctima no puede entender por qué se le condena a Inés a tres mil años de cárcel cuando a los veinte estará en libertad; ni tampoco cree que ETA se haya acabado ya que no han entregado las armas. Manuela y su familia se encuentran desconsolados y no pueden olvidar a Antonio. Se apiadan del resto de familias que son partícipes de estos asesinatos y no le desean esto a nadie. Su único sueño es que dejen de matar a gente.
Carmen Gutiérrez Salguero, 1º. Bachillerato C
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