El sacerdote etíope Moses Zerai, director de la ONG Habeshia , que el pasado 14 de abril denunció la desaparición de la patera que llevaba a bordo a 72 inmigrantes a los que la OTAN dejó morir de sed y hambre, según The Guardian, se encuentra en Malta visitando a los cerca de 600 prófugos somalíes, etíopes y eritreos que han llegado a la pequeña isla del Mediterráneo huyendo de la guerra en Libia. Los supervivientes han contado que el helicóptero les lanzó agua y galletas y que luego no enviaron más ayuda. El portaaviones francés estuvo a 400 metros de ellos pero no hizo nada; durante la travesía los prófugos vieron otros barcos militares que tampoco actuaron. Es necesario que la OTAN aclare si la alarma fue lanzada o no a las autoridades marítimas italianas o maltesas para conocer quién es el responsable, averiguar quién sabía dónde estaba la patera y por qué nadie prestó ayuda. Esperamos que sea solo un caso de negligencia, porque si la decisión fue tomada de forma deliberada desde arriba sería todavía más grave. La OTAN y Europa deben dar una respuesta transparente. Hace falta claridad y justicia. La UE se ha comportado de forma pésima, afirmó el sacerdote africano. No ha sabido gestionar las revueltas, ni ayudar a los pueblos en sus peticiones de democracia y libertad, ni dar una acogida digna a los refugiados.
La última vergüenza es Malta. Más de 400 prófugos de guerra han sido "acogidos" en un cobertizo del aeropuerto, y 200 más están detenidos en centros de retención. "Esto parece el norte de África, no Europa", dice Zerai. Los niños se están poniendo enfermos porque viven entre grasa y veneno para ratones. Esta es la realidad de la Europa del siglo XXI. Ana María Cabrera Moreno; 1º B (Bachiller).