martes, 12 de abril de 2011
Diario de Ana Frank
En el apasionante mundo de la Literatura hay obras que cobran una especial significación con su calidad en la escritura, por la notoriedad de los contenidos que se desarrollan, por su verdad histórica (a pesar de la subjetividad) y por su hondura afectiva y sentimental. El diario de Ana Frank forma parte ya de esos legados de la humanidad que pueden abordarse desde perspectivas muy dispares: No es simplemente una obra para disfrutar leyendo, sino para comprender la tragedia humana en un contexto de guerra y exclusión social que pone los pelos de punta; mucho más aún, porque refleja las actitudes y comportamientos de los seres humanos y sus respuestas en contextos difícile; y sobre todo porque proyecta de forma intensa, y a la perfección (porque es la realidad misma la que opera), la percepción psicológica de una adolescente que no solamente tiene una mirada maravillosa, crítica..., completamente madura (a pesar de precisamente en la obra, en y durante, se refleja esa transformación humana tan importante que es la adolescencia y pubertad), sino que nos hace una lectura mágnífica del estado de las cosas a nivel personal (sus transformaciones), contextual (del grupo y su comportamiento) y ambiental (de la Guerra y la ocupación). La lectura de este diario no solamente merece la pena, sino que es casi de obligada, porque necesitamos comprender los conflictos desde lo más hondo, desde la empatía más profunda que nos permita asimilar actitudes de respeto, solidaridad y dignidad humanas. Parece mentira, y no tiene porque ser necesariamente de otra manera (aunque lógicamente lo sea), que lecciones tan importantes para la Humanidad las haya dado una niña en pleno afloramiento y conciencia de su personalidad. Este próximo trimestre vamos a leer esta gran obra cargada de valores, cuya autora y su tragedia está siempre cargada de noticias: Como las que recientemente han aparecido sobre el policía que arrestó a Ana y su familia. Sin embargo, el drama del Pueblo Judío en los guetos representa la estampa más sórdida del ser humano, y aún no está completamente indagada la verdad; pero lo que está documentado ya basta para mantener la vergüenza durante el resto de nuestra existencia.
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RESEÑAS DE LIBROS