El régimen sirio de Bachar el Asad utiliza la violencia como respuesta a las protestas del pueblo, que reclama una democracia desde hace un mes para así poner fin a la dictadura. Después de provocar el pasado fin de semana un elevado número de muertos, las autoridades de Damasco han aumentado su ofensiva sacando a la calle al ejército. Hasta ahora, al menos han muerto 18 personas en Deraa en una emboscada, y todo con un fin: provocar el terror entre la población. El primer movimiento se ha producido de madrugada. Cientos de soldados han aprovechado la oscuridad para adentrarse en Deraa, ciudad que se encuentra al sur de Siria y epicentro de las protestas. En este lugar, donde el fin de semana pasado se produjo una decena de muertos, se han llevado a cabo tiroteos, y algunos de los opositores informan que hasta el momento hay cinco muertos y diez heridos aproximadamente. Según algunos testigos, ocho tanques y dos vehículos armados han llegado al casco histórico de Deraa en las últimas horas, y han informado que los cadáveres han comenzado a amontonarse en las calles que rodean la mezquita de Omari. Los francotiradores se sitúan en las azoteas desde donde cubren a los soldados que efectúan disparos contra las casas tras las oraciones de la mañana. El miedo que ha invadido países como Libia llega a Siria, donde las personas no son capaces de salir de sus hogares. Debido a la gravedad de los acontecimientos en Deraa, el régimen ha decidido cerrar la frontera con Jordania, ya que se encuentra a escasos kilómetros de la ciudad, al igual que los dos principales pasos fronterizos, Deraa y Nassib. María Escoresca Pavón 1º Bach. B
