jueves, 31 de marzo de 2011
Estallido del Crak del 29 (Prensa Histórica)
El 24 de octubre del 1929, también llamado el “jueves negro”, a media mañana miles de personas –en muchos caso inversores atemorizados por la posibilidad de perder sus ahorros- se congregaron en las puertas de la bolsa de Nueva York. Veían como los profesionales de la firma, que acababan de declarase en quiebra, sacaban sus pertenencias en cajas de cartón, con la mirada incrédula de quienes hasta unos pocos días antes se creían en expresión patentada por Tom Wolfe, los amos del universo. Las consecuencias de esta crisis fueron muchas: La ruina de quienes habían suscrito créditos bancarios y la imposibilidad de hacer frente a su devolución ocasionó la quiebra de numerosos bancos; la ausencia de créditos, la bajada de los precios y la escasa circulación monetaria que condujeron al descenso generalizado de la actividad económica. La adopción de medidas proteccionistas provocó el estancamiento del comercio. Los estados que fundamentaban sus economías en la exportación, caso de Japón, cuyo principal cliente era Estados Unidos, se vieron singularmente afectados. Las relaciones internacionales que trabajosamente se habían logrado recomponer a partir de 1924 se quebraron. Todos los países sufrieron un descenso del P.I.B. En Norteamérica, el krac coincidió con el comienzo de la Gran Depresión, un período de declive económico en las naciones industrializadas, y llevó al establecimiento de reformas financieras y nuevas regulaciones que se convirtieron en un punto de referencia. La crisis del 29 ha sido, probablemente, la mayor crisis económica a la que se ha enfrentado el sistema capitalista. En mi opinión los americanos confiaron mucho en la bolsa y sus ganancias, pues les iba todo muy bien y se convirtieron en la primera potencia mundial. Francisco Manuel Plaza Carrasco 1ºA
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