lunes, 21 de marzo de 2011
Una saga moscovita de Vasili Akisiónov
las lecturas son una de las mejores herramientas pedagógico-didácticas para comprender el pasado histórico: por la riqueza de enfoques; las contextualizaciones espacio-temporales; caracterización de los personajes, etc. Para el tema de la Revolución Rusa y sus etapas subsiguientes existe un innumerable corpus literario de muy distinto calado, pero que nos auxilian muy bien para comprender la Historia. Un buen ejemplo es la obra Vasili Akisiónov, que retrata de forma amplia y detallada un contexto de varias décadas de la dictadura estalinista.El autor trata desde dentro un tema trágico, espinoso y completamente amargo que conoce a la perfección por ser en gran parte autobiográfico. La miseria de un régimen que acabó por castigar y defenestrar a grandes masas de la población. En la novela tienen cabida de forma descarnada los miedos y silencios, encarcelamientos y deportaciones, crueles persecuciones y vigilancias sempiternas. En un discurso narrativo muy dilatado Vasili transita por unas décadas cargadas de dramatismo de una nación aislada en Europa, sometida a los rigores de una ideología completamente llevada a la radicalidad de principios inaceptables, con un férreo régimen de corruptelas, hipocresías, crueldades y situaciones inhumanas. Desde un punto de vista literario hay que considerar que estamos ante una obra de calidad en forma y contenido. Narración rica en enfoques y juegos muy hábiles para ofrecernos distintos puntos de vista, desde lo omnímodo a la subjetividad más amargante; con relato histórico visceral y descarnado ajustado a una verdad histórica no siempre expuesta con la claridad necesaria. El relato tiene el pulso de las vivencias del autor, verdades existenciales e incluso la clemencia de ofrecer un tanto veladas las escenas más trágicas y sufrimientos. El tratamiento afable, si cabe, de un tema en el que no se recrea en la maldad per se, sino que la proyecta sin incidir en excesos cargados de crudeza; aunque la crudeza y la crueldad emerja como verdad inexcusable. De esta obra se ha dicho que pasa a ser una de las grandes novelas del siglo XX, a la altura de Guerra y Paz de Tolstoi, que son palabras mayores (Washington Post).
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RESEÑAS DE LIBROS
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